Reforma de un local comercial en Portugalete. Costa Vasca.
Esta vez no se trata de una vivienda. Se trata de una oficina en planta baja abierta al público, situado en el País Vasco, en la población de Portugalete, Vizcaya, próximo a las poblaciones de Santurce, Barakaldo, Ciérvana, Ortuella, Sestao y Valle de Trápaga, en el margen izquierdo del conocido como Gran Bilbao.
Nos encontramos ante un local que ha sido pintado y repintado a lo largo de los años pero que se encuentra en el mismo estado que pudo estar hace unos cuarenta y cinco años: baño minúsculo y muy deteriorado; techos y paredes agrietados; instalación eléctrica obsoleta y con continuos corto-circuitos, alargaderas, cables por los suelos…; suelo con un recubrimiento de vinilo(el conocido como “sintasol”)para disimular baldosa muy desgastada…
El cliente quiere una reforma integral. Por ello comenzamos con la demolición, en la que nos deshacemos del viejo baño, incluida fontanería que renovamos por completo y añadimos un termo eléctrico; lo mismo para la mampara que componía el despacho separado; los techos también se eliminan para renovarlos, así como toda la instalación eléctrica.
En el baño colocamos un inodoro y lavabo adecuados a las reducidas dimensiones. También una puerta de acceso corredera que facilita la operación de entrar y salir. Una iluminación adecuada da una sensación de mayor amplitud, más moderna y acogedora a este espacio.
Respecto a la carpintería, hay cambios importantes:
- Ahora el despacho se independiza gracias a una mampara y puerta, ambos de vidrio, que dan una mayor sensación de espacio y limpieza.
- La carpintería exterior no la modificamos pero sí le aplicamos un lacado en color negro.
- Y cambiamos las dos persianas exteriores por nuevas unidades motorizadas con mando a distancia.
Para el solado, el cliente elige una resistente tarima laminada AC-5 en color claro para potenciar la sensación de espacio.
En el techo colocamos un nuevo falso techo de pladur: el anterior había sido víctima de escapes de agua, malas reparaciones, numerosas capas de pintura y del paso de los años que habían provocado numerosas grietas y desniveles.
Y finalmente, la instalación eléctrica: completamente nueva, incluido el cuadro eléctrico; tubo corrugado empotrado en techos, paredes y suelos con nuevo cableado; enchufes de servicio en paredes y suelo bajo las mesas de trabajo; y finalmente lo más visible, numerosos focos LED en tono cálido (a petición del cliente) para crear un espacio íntimo y acogedor.
Fin del trabajo.
Así llegamos al punto final de la obra y entregamos las oficinas completamente limpias. Listas para comenzar a trabajar.
El cliente quedó completamente satisfecho con el resultado final, el cumplimiento de los plazos prometidos y el trato recibido por parte de nuestra empresa.
